Después de batir al resto del mundo con la mayor velocidad de transmisión celular de datos a principios de mes, China acelerará aún más sus esfuerzos para establecer el nuevo estándar mundial de telefonía móvil 6G por delante de occidente. Y, a no ser que EEUU y Europa den un golpe en la mesa político o tecnológico, parece que no nos va a quedar otra que seguir su liderazgo.
La prueba de principios de enero en Purple Mountain Laboratories — que cuenta con el respaldo del gobierno chino — la universidad Fudan de Shanghai y China Mobile — la compañía de telefonía más grande del planeta — consiguió una transmisión sostenida de 206.25 gigabits por segundo en tiempo real. Esta velocidad es de 10 a 20 veces más rápida que las velocidades típicas del actual estándar 5G. Su objetivo es llegar a una velocidad de transmisión de 1.000 gigabits por segundo.
Todo forma parte de un plan tecnológico estratégico de cinco años — el 14 de una larga serie — que ha catapultado a la tecnología celular china a la vanguardia de los estándares celulares cuando no tuvieron un papel ni en la primera, segunda o tercera generación. En el 4G apoyaron al estándar ganador y en el 5G ya tienen un peso mundial considerable.
Según el diario de Hong Kong South China Morning Post, las compañías chinas han registrado el 30% de las más de 38.000 patentes mundiales sobre la tecnología 6G, algo que las coloca en la primera posición. Si las compañías chinas siguen avanzando a este ritmo, el resto de países representados en los órganos de estándares internacionales pueden verse abocados a aceptar esta tecnología china por la fuerza de los hechos.